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DIOS ES LUZ

Publicado en Meditaciones

DIOS ES LUZ

 “Y este es el mensaje que hemos oído de él y que os anunciamos; Dios es luz, y en Él no hay tiniebla alguna” (1 Juan 1:5).

 Juan está escribiendo para contar lo que ha oído y visto y tocado acerca de la vida eterna que estaba con el Padre desde el principio y que Dios se les reveló en forma de Persona, y lo cuenta para que sus lectores puedan tener comunión con ellos y con el Padre y con su Hijo Jesucristo.

 El propósito de todo es tener comunión con Dios. No es creer ciertas doctrinas o ir a la iglesia y cantar, es tener comunión con Dios y con otros. Esta es la finalidad del evangelio, de la creación y de la venida de Jesús a este mundo: tener comunión con Dios. ¿La tienes? ¿Tienes comunión con otros creyentes? ¿Es este el propósito por el cual evangelizas, para que otros puedan tener comunión contigo? Dios es un Dios de comunión. Quiere tener comunión con el hombre.

 “Dios es luz… Si andamos en la luz, como Él está en la luz, tenemos comunión los unos con los otros, y la sangre de Jesús su Hijo nos limpia de todo pecado” (v. 5, 7).

 El mensaje que Juan oyó de Jesús lo resume en tres palabras: “Dios es Luz”. Ahora, si Dios es luz y quiere tener comunión con nosotros, tenemos que venir a la luz; tenemos que vivir en la luz, tenemos que sacar toda la oscuridad de nuestra vida, dejar de practicar el pecado, e ir siendo limpiados continuamente de pecado, para poder tener comunión con Él. Por consiguiente, el párrafo siguiente versa sobre la necesidad de quitar el pecado para poder tener comunión con Dios. Si decimos que tenemos comunión con Él y estamos viviendo en el pecado, somos mentirosos. Si vivimos vidas santas tenemos comunión con otros creyentes quienes también están viviendo vidas santas, y la sangre de Cristo nos está limpiando de todo pecado, hasta en niveles de los cuales no somos conscientes. Si lo vemos, lo confesamos y Dios nos perdona toda injusticia e imperfección, pero si negamos nuestra condición, tratamos a Dios de mentiroso, puesto que no creemos lo que dice, no tenemos comunión con Él, ni con otros creyentes, ni somos creyentes nosotros mismos.

 Así que, andemos en la luz, vivamos una vida santa y la sangre de Jesús nos irá limpiando más allá de lo que podemos darnos cuenta, y de esta manera, tendremos comunión con Dios y con otros creyentes, y cumpliremos el propósito por el cual Dios nos creó y nos redimió.     

 Margarita Burt

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